La educación la hacen maestros y estudiantes. Pero el entorno en el que se desarrolla también es importante para favorecer la enseñanza. Y uno los elementos que determina ese entorno es la arquitectura. Por eso hemos querido conocer las reflexiones sobre arquitectura y educación de Gabriel Verd, arquitecto especializado en el diseño y construcción de edificios de diversa índole y, concretamente, en los empleados por el sector educativo.
Verd concibe cada escuela como un traje a medida que debe promover la creatividad y el aprendizaje y que debe ser capaz de adaptarse a la evolución de las distintas metodologías.
Profesor visitante de la asignatura de Proyectos en la Facoltà di Architettura di Cagliari (Italia) de 2009 a 2011, ha participado en múltiples concursos nacionales e internacionales y ha proyectado y construido escuelas tanto públicas como privadas.
Sus proyectos han sido publicados en revistas nacionales e internacionales (AV, 2G, Detail, Casabella, Domus, Area) y su lista de reconocimientos incluye el Premio Internacional de Arquitectura Sostenible Fassa Bortolo 2009 (Ferrara, Italia), el Premio Archi-Bau 2009 (Múnich, Alemania) y el Internacional Architecture Award 2007 del Chicago Athenaeum (EE.UU.).
1.¿Cómo definirías la relación entre arquitectura y educación?
Muchos hemos pasado nuestra infancia y adolescencia educándonos en espacios proyectados simplemente para que cupieran veinticinco mesas. Aun así, allí aprendimos a leer, a escribir, y a sumar, forjamos amistades que durarán toda la vida y nos formamos para trabajar y para pensar.
Entendemos que el papel de la arquitectura que proyectamos es complementar al de la institución educativa que alberga. Su imagen forma parte de la identidad de cada individuo, representa a un colectivo y debe servir de complemento a la actividad docente que allí se desarrolla. Ésta es mi escuela. Proyectamos espacios que sirven para algo más que para alojar a los alumnos, favoreciendo el encuentro y la convivencia, facilitando todo tipo de actividad docente, motivando e incentivando la creatividad.
Buscamos también crear espacios serenos pues tan malos son los espacios anodinos y sin alma como aquéllos que apabullan y estimulan excesivamente al alumno. Cada nivel docente requiere características propias. En nuestros proyectos los protagonistas son tres: alumnos, profesores y familias.
2. ¿Cómo de determinante consideras que puede ser la arquitectura del centro educativo en la enseñanza?
En nuestro caso entendemos los edificios como “artefactos” que ayudan a la mediación entre profesor y alumno. Todo suma, obviamente, pero el papel fundamental debe ser el del maestro. De hecho, las primeras escuelas no necesitaron de edificios. Se desarrollaron bajo la sombra de un árbol. En nuestro recuerdo siempre tenemos un profesor que nos marcó cuando éramos estudiantes, otros pasaron totalmente inadvertidos y hay algunos cuyo nombre ni siquiera recordamos. Y, sin embargo, todos ellos enseñaron bajo el mismo techo.
3. ¿Crees que la arquitectura del centro contribuye a mejorar la motivación y la atención del alumno, de alguna manera?
Por supuesto. Un aula en la que se han estudiado el mobiliario y la iluminación, que se ha orientado correctamente y que favorece la comunicación entre profesor y alumno siempre va a funcionar mejor que otro espacio en el que todo esto no se haya tenido en cuenta. Vivimos en una época en la que los alumnos están sobradamente conectados con el mundo por medio de televisión, tablets, videojuegos y móviles… Hay demasiados estímulos y la arquitectura debe poder facilitar la motivación y centrar a los alumnos en la docencia y los contenidos que allí se imparten.
4. ¿Cuáles son las últimas tendencias en ese ámbito de la arquitectura?
Marcan tendencia la metodología de las escuelas Montessori, las inteligencias múltiples de colegios como el Montserrat… Se habla también de educar por proyectos como en los colegios Santo Ángel y de las enseñanzas enfocadas a educar por competencias. Además, también están los idearios de cada centro. Se trata de corrientes pedagógicas que inevitablemente inciden en nuestra forma de proyectar. Tratamos cada proyecto como un traje a medida que puede adaptarse a la evolución de las distintas metodologías.
5. ¿Qué valores o principios integras en tus proyectos enfocados al sector docente?
En nuestros proyectos siempre hay una preocupación por la integración de la edificación en el entorno. Tenemos en cuenta siempre la sostenibilidad entendida desde diversos puntos de vista, no sólo el medioambiental, sino también el económico, el social y el cultural. Como resultado, realizamos edificios específicos para cada lugar y para cada cliente en concreto. No hay dos iguales.
6. ¿Qué necesidades plantean actualmente los centros educativos y cómo les das respuesta?
Se necesita que los espacios sean de fácil mantenimiento y flexibles para permitir acoger el mayor número de usos posibles. Quizá la clave sea la indefinición de los mismos. Por el contrario, también se requieren espacios muy específicos con unas instalaciones y mobiliario muy determinado. En este caso, la tecnología avanza muy rápidamente por lo que las soluciones constructivas deben ser flexibles al cambio.
7. ¿De qué modo deben aliarse la arquitectura y el mobiliario escolar para favorecer el aprendizaje?
La arquitectura y el mobiliario deben ser entendidos como una unidad, como piezas de un mismo puzle que encajan a la perfección. Pensamos en espacios para ser amueblados. El mobiliario escolar no debe ser un mero complemento decorativo sino que se trata de un elemento fundamental de la configuración de los espacios que posibilitan un uso correcto. No entendemos el uno sin el otro.
8. ¿Qué puedes comentarnos de tu relación con FG en el diseño y creación de centros educativos?
Actualmente estamos colaborando en varios proyectos. Podemos hacer mucho juntos porque nuestras filosofías de trabajo encajan a la perfección.